lunes, octubre 6

Primavera II

Solo sé de memorias y silencios,
hacia el ocaso.
Suspendido en las horas desparejas,
pasa la noche.
Mi mente diagrama indiferencias por el dolor,
en insistencia exacta.
Sentimental torpeza de absolución,
cuando amanece.

El día trae, ataviado de futuro, un aire nuevo.

Sin dormir he deseado...

Que no ha sucedido entre nosotros,
Ni un aclamado espasmo de una inevitable pasión
Ni una aguda utopía de progreso sin sentir.
Ni un inestable y prolijo desencuentro.
Ni una sistemática habilidad para engañarse.
He deseado sin dormir...

Que no hemos sido,
Dos soldados desertores, enloquecidos, sangrando
con fusiles de besos en batallas de tiempo.
Dos cómplices arrogantes del silencio.

Fuiste y serás una patria agujereada, que quiso ser.
Con altivas fronteras espejadas.
De abundantes invasores y ningún conquistador.

Fuiste y serás un cuerpo con cielo,
un mar sin amparo ni llegada,
una pasajera pertenencia sin amor.

Entre ese tiempo y hoy
Tu recuerdo se adhiere a la molestia
como un aire viejo y cansado.
Extirparte es esta queja
que en mi memoria y en mi silencio hacia el ocaso.
Incita, este tenaz sabor a olvido.

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