jueves, julio 4

quisiera ser el ojo que mira


I

necesito tus piernas
enlazadas a mi torso
sintiendo la humedad
del secreto disparado
sexo en nuestros nombres
elevándose en colores
y humo de cigarro
volcando el vino de la mesa quieta
con su luz amarillenta
dictando nocturnos de turno
tan próxima al incendio
de vertiginosos sueños
centinela alcoholizada
que a mi funda sucia
de almohada vieja
sugiere presagios de mal agüero
que las sonrisas callan
atravesado de cuartos friolentos
para llegar sin calendario de mil amores
a una hora cualquiera
bajo sospechas
y tus piernas necesito
de cadena en caderas
y no de estas letras en distancia
que no traen tu voz
ni a vos
que ni siquiera venís