lunes, octubre 6

Primavera I

Nadan azules las orbitas de tus ojos

Entre tan increíble trasparencia orgánica.

En la calle con gestos de maniquí

Regalabas mentiras femeninas en fragancias francesas.

Como testigo invisible no quise entrometerme

Hubiera destruido esa fantástica ceremonia.

Tu belleza iniciaba su danza en mi imaginación

Entremezclándose con manos y brazos y besos.

Envestidas de labios y alientos furiosos.

Con los cuerpos diluyéndose livianos

Revelando el sexo en una unión de flores perfectas.

Me alejé sin distancia en el apuro

Transeúnte dislocado de su rumbo.

Y ya no eras parte del instante ilusorio

Eras del tiempo, como yo.

Volando a la deriva entre la tierra y el viento.

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